Nunca estaremos preparados para soportar la injusticia
Comunicado público de la Articulación por Curuguaty
Con todo el realismo del que somos capaces, no era ajena a nuestra razón la idea de que la supuesta investigación fiscal de la causa por la Masacre de Curuguaty, concluyera en acusaciones escandalosas hacia los y las campesinas detenidas e imputadas. Tampoco nos era ajena la idea de que la Fiscalía, dirigida por Jalil Rachid, para lavar un poco su imagen, sobreseyera a algún o alguna imputada. Nos parecía del todo justo –y un triunfo de la causa de la verdad– el que se sobreseyera a una cantidad apreciable de imputados e imputadas. Pero solo se sobreseyó a 3, sobre los cuales, la infamia judicial era demasiado grande como para seguir sosteniendo la mentira. Y las acusaciones a los ahora 14 imputados pasaron el límite del escándalo.
La acusación de hoy, basada en supuestos y liviandades, nos lleva a una justa indignación y rabia. La decisión política de la Fiscalía obedece al prejuicioso deseo de imputar a campesinos como a criminales y acusarlos de tentativas de homicidio en tanto la lucha de estos campesinos y campesinas es una lucha justa por la tierra mediante la legítima ocupación de tierras malhabidas. Es nuestra histórica indignación contra un sistema judicial ineficiente para el pueblo y eficiente para el despojo.
Junto a nuestra sincera indignación y rabia, hoy un dolor muy grande inunda nuestros corazones, porque nunca estaremos preparados para soportar la injusticia. Tanta injusticia como la que quedó de manifiesta esta mañana, con el descriterio y falta de oficio demostrado por la Fiscalía: la principal prueba que presentan es un supuesto testigo que no estuvo en el lugar y momento de los hechos. Eso sólo como ejemplo. Este nuevo paso de la Fiscalía lo podemos considerar como un paso más en la construcción de un sólido blindaje de impunidad. Y contra esa impunidad es que alzamos nuestras voces.
Estamos preocupados por las compañeras y los compañeros detenidos, por sus familiares y comunidades, expuestos todavía al hambre, al despojo y la injusticia. Expresamos y llamamos a expresar, de manera simbólica y práctica, nuestra solidaridad con todos ellos y ellas.
Expresamos además nuestra preocupación por el manto de impunidad con que se intenta cubrir la muerte de 11 campesinos. Las declaraciones de la Fiscalía no atienden, de ningún modo, a los campesinos muertos, a las personas torturadas, tanto en prisión como durante su detención en el campo, y a las personas ejecutadas a sangre fría y vengativamente, según expresaran varios testigos: los fiscales no ofrecen explicación alguna de estos crímenes contra los y las campesinas.
Hasta hoy, nadie ha sido acusado o inculpado por esas muertes campesinas y cuando a la Fiscalía la prensa le pregunta por el tema, desvía la conversación. La preocupación central de las autoridades del Ministerio Público ha sido y sigue siendo instalar la idea de que toda lucha por la tierra y por la recuperación de las tierras malhabidas como una acción ilegítima.
La solidaridad, la acción directa, la demanda social de verdad, justicia y no a la impunidad son nuestras herramientas en el camino de la libertad a todos y todas las campesinas procesadas. Sigamos todos y todas esclareciendo lo que los investigadores oficiales del gobierno de facto pretenden oscurecer y embrollar.
Convocamos a realizar acciones originales y estar atentos y atentas a las movilizaciones por la libertad para los y las compañeras campesinas detenidas por el Caso Curuguaty y a cuestionar razonada y públicamente la investigación llevada a cabo por la Fiscalía, a nuestro entender, parcial e inobjetiva. Los verdaderos autores de la masacre de Marina Cué, a nivel material, político y moral, deben ser imputados y sacados de los escondrijos parlamentarios, legales, institucionales o económicos donde se esconden.
¡La lucha por la tierra y la reforma agraria sigue!
¡Libertad a los presos y presas en lucha por la tierra!