Impune avance de cultivos transgénicos en perjuicio de las comunidades rurales

La Coordinadora Nacional de Organizaciones de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (Conamuri) se constituye en canal de mediación de los vecinos de Santa Catalina, distrito de Repatriación (Caaguazú), a fin de denunciar el uso indiscriminado de agrotóxicos y la irreversible contaminación de las dos nacientes de agua con las que se surte toda la comunidad ocasionada por el mismo.

Rodeados de salvaje cultivo transgénico (soja y trigo), los pobladores ya no saben a qué puertas llamar para que sus reclamos sean atendidos con el apremio que el caso requiere.

Cabe señalar que, en la realización del cultivo, no se respeta la barrera viva, reglamentación mínima impuesta por la normativa competente en la materia, y el terreno de la Estancia Leopoldina es arrendado a colonos brasileños y menonitas que ya han ocupado 3000 has., y tienen en vista unas 1500 más, lindando con las casas de varios vecinos, que serán directamente afectados.

Hay que mencionar también que, al paso de los cultivos, una ocupación campesina, que llevaba ya 8 años de convivencia pacífica, fue desalojada hace más de tres meses, sufriendo el desahucio 400 familias, habiendo perdido la escuela (Básica Nº 7550, Sagrado Corazón de María) unos 120 estudiantes, ocasión en la que también fue incinerada completamente la iglesia de los parroquianos.

No sobra señalar la serie de síntomas comunes desatada en la población al pulverizarse las plantaciones (mareo, vómito, fiebre, problemas de vista y de piel, diferentes tipos de malformaciones y cánceres) y subrayar, de igual manera, que el daño ambiental provocado con estas acciones es, simplemente, irreparable.

Así también, en el departamento de Alto Paraná, las fumigaciones a un extenso cultivo de soja transgénica amenazan a la familia González Real, un humilde hogar de siete miembros, a escasos 15 metros de su vivienda. Según datos médicos, todos los problemas que sufren los miembros de esta familia se deben a la exposición directa a las fumigaciones con agrotóxicos.

Desde la Conamuri creemos necesaria la presencia de las autoridades pertinentes y exigimos, por lo tanto, la constitución física de los mismos en el lugar de los hechos, con el objeto de levantar un informe técnico, realizar un trabajo de investigación de daños y determinar la incidencia de los responsables en la totalidad del problema, a fin de aplicar, con toda rigurosidad, las sanciones penales que correspondan.

Los medios de prensa deben hacer eco de esta catastrófica situación que amenaza la vida de cientos de mujeres, hombres y niños, cuya impotencia y falta de recursos juegan en su contra, pues de mantenerse las cosas como están, sin que nadie se haga cargo en la asunción de responsabilidades, y si no se tomaren medidas urgentes, no simples paliativos temporales, será muy tarde de aquí a poco.

¡Por una vida saludable!

¡Por las comunidades campesinas e indígenas afectadas!

¡No a los agrotóxicos y los transgénicos!