Mujeres campesinas e indígenas organizan foro para exigir sus derechos

En la hoy enrejada plaza Uruguaya, integrantes de la Coordinadora Nacional de Organizaciones de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (Conamuri), realizaron un foro abierto para conmemorar el día internacional de la mujer trabajadora, este jueves último, a partir de las 16:00 hs.

La actividad tuvo por nombre “Kuña, yvy ha tekove” (“Mujer, tierra y vida”) y contó con la transmisión en directo de Radio Viva FM. De la misma participaron alrededor de cien personas, provenientes de diferentes organizaciones sociales, aparte de Conamuri, como OLT, MCNOC, MCP, la Asamblea Permanente de la Plaza Uruguaya, la Coordinadora Nacional por la Recuperación de las Tierras Malhabidas y el público general interesado.

El propósito del evento fue analizar la trayectoria de lucha de las organizaciones de mujeres indígenas y campesinas por el acceso a la tierra, la defensa del territorio, la soberanía y la vida. En ese sentido, el espacio permitió un extenso debate en torno a la coyuntura nacional, intercalando un diálogo participativo en donde los temas en su mayoría consideraban las reivindicaciones de los derechos campesinos e indígenas, y en particular, los derechos de las mujeres del campo.

La concurrencia coincidió en reconocer la importancia de la trayectoria de lucha y de trabajo de las mujeres rurales más empobrecidas por este modelo de sociedad capitalista, racista y patriarcal. Así también se planteó que los tres poderes del Estado deberían trabajar de forma coordinada para una mayor cobertura de derechos que beneficie a este amplio sector de nuestro país.

Se criticó, a su vez, el modelo agroexportador y dependiente que se tiene en el campo, el cual se constituye en la mayor razón por la que la agricultura campesina e indígena de pequeña escala y la soberanía alimentaria se ven amenazadas, trayendo como consecuencia la migración forzosa de las poblaciones, la expulsión de territorios indígenas por el cultivo de soja o la extensión de ganado, la destrucción de la biodiversidad, la reducción del hábitat y la acentuación de la violencia estructural en su faceta más sombría.

Coincidieron, además, en la urgencia por concretar una reforma agraria integral en el contexto de lucha que moviliza, sobre todo, a las organizaciones campesinas e indígenas, pues, en palabras de una habitante de Alto Paraná: “la falta de tierra trae consigo la falta de alimentos”.

Cifras que desnudan la desigualdad y la violencia de género

Según investigaciones difundidas en varios sitios web, un informe de la FAO ratifica que el 54% de las trabajadoras agrícolas está por debajo de la línea de pobreza; esto es sumamente paradójico, teniendo en consideración que las mujeres producen el 80% de los alimentos en el mundo, y sin embargo son propietarias de tan solo el 2% de las tierras. así también, aunque ellas representan el 20% de la fuerza laboral en América Latina y el Caribe, viven en peores condiciones que los hombres.

La OIT, por su parte, observa que la mayoría de las mujeres rurales percibe 25% menos que los hombres en concepto de remuneración, aunque trabajen más horas que ellos, inclusive.

A nivel de violencia, la Secretaría de la Mujer en nuestro país reportó que 7 mujeres por día, durante el año 2011, radicaron denuncia por algún hecho de violencia que se cometiera en contra de ellas.

Recordando a un maestro que se fue

No se olvidaron los y las presentes de rendir un homenaje al destacado sociólogo paraguayo Tomás Palau, quien falleciera el día 7 del corriente como consecuencia del cáncer de médula, en la ciudad de Buenos Aires. “Nuestro compañero Tomás no se merece un minuto de silencio, sino un grito de orden bien fuerte para demostrarle la gratitud que tenemos hacia su persona, un hombre noble como él no habrá otro en mucho tiempo”, dijo en su oportunidad Magui Balbuena, dirigente de Conamuri. A su nombre la plenaria exclamó la consigna: “¡Tomás Palau presente, en la lucha permanente!”

Críticas a las rejas de la plaza Uruguaya

Duramente cuestionadas fueron las autoridades del municipio asunceno por la resolución de instalar rejas a una plaza que fuera testigo de cientos de luchas sociales históricas desde el siglo pasado.

Sobre todo, destacaron las voces de los pueblos originarios, tanto de la Región Oriental como del Chaco y de los asentamientos urbanos. Frases lapidarias como: “Vinimos desde muy lejos para comprobar que era verdad que en Asunción son muy celosos de la limpieza urbana y que por eso enrejaron la plaza, pero vemos ahora que está peor, más sucia que nunca”; “las rejas son un retroceso, nos llevan a la época oscurantista de la represión contra la expresión popular”; “ahora nos tratan como verdaderos animales, porque nos encierran en una jaula”; “solo nos quedan dos caminos: echar las rejas o tomar el poder”.

También las mujeres indígenas, muy indignadas, manifestaron sentirse cansadas de que los candidatos a cargos electorales estuvieran, desde ya, merodeando en sus comunidades y aldeas: “ahora vuelve la época en que nosotros los indígenas somos lindos y aseados porque están en campaña política; pero ya estamos conscientes de que ellos no representan a las clases populares, sino que solo nos están usando para asegurar sus votos”, se escuchó entre la multitud.