Mujer paraguaya: hija de la tierra

El 24 de febrero se conmemora el Día de la Mujer Paraguaya en razón de que esa fecha, pero del año 1867, las Residentas resolvieron contribuir en los gastos del ejército de Francisco Solano López en el contexto de la Guerra contra la Triple Alianza desprendiéndose del patrimonio personal a través de la donación de sus joyas y demás objetos de valor.

Transcurrirían 108 años de esa acción solidaria para que el Congreso Nacional adoptara la propuesta de Carmen de Lara Castro de celebrar desde entonces el día de la mujer paraguaya.

Sin ánimo de lirismo, lejos de exaltar la imagen de abnegación y sacrificio que les cupo a las mujeres paraguayas incluso desde tiempos de la Colonia, es justicia celebrar su contribución en la construcción de la historia nacional y sobre todo reconocer que aún el Estado adeuda con este sector demandas y pendientes que en la vida cotidiana se traducen en pobreza, discriminación y profunda cultura machista.

Las mujeres trabajadoras del campo y la ciudad; las que cultivan la tierra y las que no tienen acceso a ella; las que día a día luchan por sus familias y su comunidad haciendo frente a todo tipo de adversidades, como las de los barrios inundados; las niñas que son madres a merced del abuso; las perseguidas y presas políticas; las indígenas y campesinas desposeídas de sus tierras ancestrales y sus semillas y su identidad y sus raíces, nos vemos reflejadas en todas y cada una y la conclusión llega a un puerto común: la violencia naturalizada desde las instituciones y políticas públicas, los medios masivos de comunicación y los roles de género asumidos nos mantienen en una situación de exclusión permanente.

En un país con un promedio de dos casos de feminicidio por mes y donde están ausentes o no se ponen en práctica políticas relacionadas a la salud, la protección integral de las embarazadas, donde se sataniza el hecho de decidir con libertad sobre nuestro propio cuerpo, donde la educación es sexista y conservadora y la legislación laboral discrimina el nivel salarial según se trate de hombre o de mujer, poco hay para celebrar por parte de las mujeres.

Eso sí, nos anima a seguir luchando por la construcción de una patria nueva, que es el verdadero papel histórico de las mujeres en Paraguay: aguerridas tomamos el machete cuando nos toca hacerlo y valientes caminamos hacia el sol libertario.