Manifiesto del Congreso Democrático del Pueblo

El Congreso Democrático del Pueblo, recientemente constituido por hombres y mujeres, jóvenes, adolescentes, niñas y niños del campo, de las comunidades indígenas y de la ciudad, saluda la Vigésimo Segunda Marcha Campesina que denuncia las penurias del campo. Asume la consigna de la Federación Nacional Campesina: Chokokue oku’e Tetã Pyahu rekávo / El campesinado se mueve  por una patria nueva; una consigna profundamente política y que merece todo el apoyo del pueblo organizado y en lucha, reunido en el Congreso Democrático del Pueblo.

Hacemos nuestra esta consigna identificando como desafío la derrota de la política neoliberal del gobierno de Horacio Cartes,  sumando las fuerzas populares de la ciudad, al compromiso de la construcción de la nueva patria. Juntos, juntas, el campo y la ciudad vamos construyendo esta herramienta de confrontación, y también de construcción de esperanzas.

Fuimos protagonistas de las movilizaciones por el rechazo de la Ley de APP durante el 2013. En el 2014 participamos activa y masivamente de la Huelga General en marzo; tuvimos una movilización importante el 1 de mayo llamando a la reorganización de la clase trabajadora; reivindicamos nuestras semillas y la producción de alimentos con nuestras manos el 15 de mayo, con teatro, música y posicionamiento; nos manifestamos el 5 de junio ante la Asamblea Nº 44 de la OEA para denunciar el proyecto de saqueo y represión del cartismo que engaña descaradamente; miles de mujeres y hombres de todas las edades nos movilizamos en todo el país durante el 13 y 14 de agosto para luego encontrarnos en Asunción el 15 de agosto, insistiendo en la necesidad de derogar las leyes de Alianza Público Privada y de Militarización, cuando también lanzamos el proceso de constitución del Congreso Democrático del Pueblo al calor de las luchas; tuvimos cierres de rutas, asambleas populares; enfrentamos las fumigaciones ilegales mientras trabajábamos nuestra convocatoria para el 10 de diciembre y  ese 10 de diciembre marchamos miles y miles reivindicando los DDHH colectivos e individuales. Finalmente, el 6 de enero de este año, anunciamos la constitución del Congreso Democrático del Pueblo el 1 de marzo.

Estamos cumpliendo: Nos propusimos constituir esta herramienta al calor de las luchas y así lo hicimos, y seguirá  fortaleciéndose al calor de más luchas, en el campo y en la ciudad, en las calles, en los barrios, en las escuelas, en los puestos de trabajo, en las chacras, en las comunidades indígenas, en las universidades, en los colegios, allí donde el pueblo se organice para reclamar sus derechos. Lo constituimos con más de 1.200 delegadas y delegados; quienes aprobamos un Plan de Lucha que recupera la historia de nuestro pueblo y la de todos los pueblos combativos en búsqueda de su emancipación, así como el reglamento de funcionamiento, basado en la democracia participativa, el compromiso y la coherencia política.

Hoy estamos cumpliendo parte de este Plan. Nos sumamos a esta Marcha Campesina, que a partir de ahora, para nosotros y nosotras, es una Marcha Ciudadana por una Nueva Patria/ Tetãygua oku’e Tetã Pyahu rekávo.

Porque nuestro pueblo está harto/ikuerái de la NARCOPOLÍTICA, expresión más criminal y mezquina del capitalismo neoliberal, que entrega nuestros bienes comunes, que entrega nuestra soberanía, que roba nuestro futuro, que es la expresión más degradante y cínica de valores anti-éticos como la hipocresía, la mezquindad y la indiferencia y hoy, desgraciadamente gobierna el país, encabezada por Horacio Cartes;

Porque nuestro pueblo está fastidiado/ikuerái del abuso de poder de quienes utilizan nuestros bienes públicos para sus fines partidarios o personales.

Porque nuestro pueblo está saturado/ikuerái de que todas las cargas económicas estén colocadas sobre las espaldas de los sectores más desprotegidos, mientras los acumuladores de riquezas solo obtienen millonarios beneficios para ellos o sus mandantes transnacionales.

Porque nuestro pueblo busca una patria diferente, con derechos para todos y todas, sin desigualdades, sin presos políticos, sin persecución a quienes luchan, sin violencia, con trabajo, con esperanzas.

Por todo eso constituimos el Congreso Democrático del Pueblo, como una herramienta con la cual construiremos el verdadero poder popular a través de una propuesta solidaria, unitaria, humilde, fraterna, honesta, donde recuperemos nuestra dignidad y tengamos esperanzas. Es esa la patria que soñamos, por la que luchamos, por la que nos movemos.

Nos convocamos a organizarnos desde nuestras comunidades, campesinas, indígenas, urbanas, a afrontar este llamado de la historia a 150 años de la firma del Tratado Secreto de la Triple Alianza, contra el Paraguay Independiente y Soberano; que intentó acabar con nuestra soberanía y por la reconstrucción de nuestra nación con un plan de desarrollo para todos y todas, tal como lo hicieran las Residentas en la Posguerra del 70.

Valoramos el esfuerzo del campesinado y nos comprometemos a fortalecer esta lucha por una patria nueva, con una poderosa unidad de pueblo en la principal herramienta de participación directa que existe en el Paraguay, en la gran esperanza unitaria que está en las manos de millones de paraguayas y paraguayos, el Congreso Democrático del Pueblo.

Finalmente, lanzamos un llamado enérgico, fraterno, unitario a todo el pueblo paraguayo a un multitudinario acto, una gran acción patriótica: MAYO, mes de la patria, mes de la derogación de las leyes de privatización y de militarización. MAYO, mes de actuación por la nueva Patria. MAYO, un mes de luchas, de unidad, de solidaridad con el futuro. MAYO, un mes de acciones prolongadas hasta la derrota del plan neoliberal de saqueo.

 ¡Hasta la victoria, siempre!!!

¡Contra las privatizaciones y la violencia del Estado!

¡Por tierra y trabajo!

¡Por una Patria Nueva!