Escuela de Agroecología de Conamuri: hermoso diálogo de saberes

Una nueva edición de la Escuela de Agroecología de la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas Conamuri reunió a jóvenes campesinos e indígenas, hombres y mujeres provenientes de los departamentos de Concepción, Amambay, San Pedro, Caazapá, Guairá, Caaguazú, Alto Paraná, Itapúa, Boquerón, Central y Asunción, los días 23 al 25 de junio del corriente. Entre las compañeras invitadas a participar estuvieron Mónica Millán, artista argentina que desea conocer de cerca a las compañeras que integran nuestra organización para un próximo trabajo artístico; Sheila Toro, voluntaria del Programa Volpa de Entreculturas (España) y Celia Miranda, que realiza su pasantía de Trabajo Social, encargada de la sistematización del proceso de nuestra Escuela.

La jornada empezó la tardecita del viernes con el arribo de las delegaciones departamentales a la localidad de Santory, en el distrito de Repatriación (Caaguazú), donde tiene su asiento Semilla Róga. Primeramente se tomaron apuntes sobre temas relacionados con la formación de liderazgos y el fortalecimiento organizativo. Así también, tuvo lugar un taller sobre género impartido por la compañera Sheila, seguido de la proyección de un audiovisual temático para reforzar el contenido desarrollado.

El sábado temprano se realizó la mística de apertura y los núcleos de base se reunieron para la lectura colectiva de diferentes textos propuestos por el programa. Posterior a ello, se dividieron las responsabilidades y tareas de los núcleos que irían a ser atendidas el resto de las jornadas: mística, higiene de los espacios, recogida de leñas, preparación de las comidas, cuidado de las herramientas, selección de semillas, plantación de estevia y recolección de abono verde, entre otras. Una minga, pues, práctica heredada de los pueblos ancestrales.

En un momento, antes de partir al área de producción, nuestros compañeros técnicos Jorge Díaz y Pedro Vega procedieron a mostrar cómo se mezcla un preparado botánico defensivo a base de güembé y agua para desinfección del suelo previo al trabajo y así prevenir enfermedades fungosas y ataques de insectos a los cultivos que se van a establecer en el área.

Después la tarde pasó entre cultivos de plantines de ka’a he’ê (estevia) —que fueron donados por las compañeras del comité Oñondive de Itapúa—, cuidados en la huerta, elaboración de tablones y preparación de una compostera.

Todas las prácticas iban acompañadas del contenido teórico y pedagógico, en un hermoso diálogo de saberes entre todos y todas quienes forman parte de este espacio.

Después el grupo se dirigió al futuro terreno propio de Semilla Róga, que se encuentra en proceso de adquisición, para un reconocimiento previo y para proponer un futuro plan de producción en esa área.

El último día, un domingo radiante como todos estos del veranillo de San Juan, la mística de clausura tradujo los elementos desarrollados en la parte teórica de la mañana: materialismo histórico. Decía el núcleo encargado del cierre que la sociedad actual encuentra muchos obstáculos para desenvolverse: hay violencia, persecución, agrotóxicos. Un camino empinado, pero también lleno de solidaridad y de luchas colectivas que llevarán a la unidad de la clase trabajadora para alcanzar la transformación social.

La Escuela de Agroecología de Conamuri se realiza una vez al mes durante dos años. Su objetivo, entre otros, se centra en el rescate de los conocimientos de los pueblos indígenas y campesinos para transmitirlos a la juventud actual utilizando los métodos de la educación popular para promover la Agroecología como sustento de la Soberanía Alimentaria.